sábado, 26 de abril de 2008

Un Motivo


En ocasiones la vida no se presenta tan sofisticada y deja entrever su magnífica sonrisa. En otras, las diversas controversias de este mundo la asustan y la tornan dramática y angustiante. Me gusta ver sus contrastes y aunque para la inmensa mayoría sea un exquisito detallista tildado de filósofo, yo estoy convencido que la vida gira y gira como la Tierra, y también brilla y se opaca como las estrellas. La vida es el mundo y el mundo es la vida. Todo lo que damos se nos devuelve de alguna manera. Todo lo que generamos nos llega. Pero creo que hay veces en las que la vida se detiene y el mundo lo hace con ella. Es en ese preciso y efímero instante, que la vida recobra su verdadero sentido. Una mirada, un beso, una caricia, una lágrima, un adiós, un latir de corazón cansado. Tantas cosas pueden reflejar ese momento sublime donde la Tierra se une con la vida y me transporta lejos, a diversos lugares donde he conocido el amor, la tristeza, la alegría, el abandono, el dolor, la verdad y la mentira de mi propio camino. Un camino retorcido y confuso que no logra guiarme hasta que entiendo que no es ese su verdadero cometido, sino el de permitirme avanzar hacia donde quiero. Pero inmediatamente surge un problema enorme que no siempre encuentra respuestas y que pocas veces logro tomar conciencia de su existencia. ¿Para qué estoy en esta vida? No creo que existan otras, pero si creo que existen misiones que se deben aceptar y cumplir.
La vida da señales que solo algunos pueden reconocer. Entonces compruebo que estoy en el límite mismo de mi cordura e intento componerme, pero ya no sé que hacer con tantas sensaciones. No puedo transitar por este mundo como un héroe y tampoco puedo dejar que mi vida se escabulla sin saber para qué la tuve.
Ayer a la tarde, cuando salí al jardín, sentí el aire fresco que venía del sur. El cielo inmensamente azul y las nubes ausentes me llevaron a mi niñez, a los barriletes de colores, a los días de primavera insolentes y excitantes.
Intenté verme jugando y corriendo y comprobé que aún lo podía hacer porque mi cuerpo estaba sano y mi corazón aún latía. También sentí pena por ese niño que no pude ser. Aquel que disfrutaría todos los días sin reparar en nada groseramente conmovedor. Ayer, entendí que de niño no fui enteramente feliz y entonces comencé a correr por el jardín, bajo el cielo azul y el sol radiante. Pero al poco tiempo estaba adentro, sentado, como siempre, junto al ventanal. Tuve ganas de llorar y hasta creo que lo hice, pero pronto, esas píldoras de color verde me hicieron efecto y el sueño me invadió. Ya no pude ver el cielo azul y tampoco soñar.
Cuando me desperté estabas a mi lado y eso me reconfortó. Siempre me gusta sentir tu presencia y también esas historias maravillosas que me cuentas, sin embargo, cada vez que te marchas ya no sé que hacer con tantos sentimientos extraños y la certeza de que equivoqué el camino, me inunda. Pero por fortuna, aun estás aquí, a mi lado, junto a mi cama. ¡No se que haría si despertara y tú no estuvieras! ¡Deja que te de un beso, deja que lo haga mujer!
Y tomando el portarretrato que estaba encima de la mesa de noche, besó el rostro de la mujer. El cielo estaba espléndidamente claro y por el ventanal, los rayos de la locura calentaban el alma solitaria de aquel hombre joven sin cordura, que buscaba en cada día, un pequeño motivo para seguir vivo.

20 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Sil.
Tu escrito me ha recordado un texto de Ken Wilber que explica que los niños no son capaces de diferenciarse de su entorno. Forman parte del TODO.
La cultura nos aisla de ese todo y nos hace vulnerables e infelices.
Afortunadamente existe el amor.
Un beso.

Luis

Alceste Beüring dijo...

Una sombra, un amanecer, un rocío, un poema. Suficientes motivos para vivir.

STEVE dijo...

TÚ QUE SÓLO ERES TÚ

Mi vicio, mi locura, mi alegría,
¡todavía muchacha!
Mi nunca suficientemente amada,
cámbiame los ojos si así quieres,
pónmelos de ira.
Es lo mismo. Me das vida.

Gabriel Celaya

Arcángel Mirón dijo...

Hace bien. Siempre hay que buscar motivos.

Un abrazo, Sil!!

Mr. Magoo... dijo...

Que dificil se puede tornar la vida, cuando puede ser tan sencilla y tan llevadera. Siempre se busca un motivo para seguir, y cuando se encuentra se aferra uno a eso, con tantas ganas, porque ahi se nos va la vida misma... pero siempre hay que tener salvavidas, y no solo uno, si no varios.

He llegado aqui desde... mm no se, pero la cosa es que llegue aqui.
Saludos, me gusta tu estilo.

Anónimo dijo...

Qué lindo personaje este "exquisito detallista tildado de filósofo". Va, viene, busca, se pregunta y responde. Hasta se analiza a sí mismo!

Me gusta y entristece al mismo tiempo, su consciencia de bordear la locura, y esos arranques de energía, en los que quiere sentir y vivir la niñez que no fue.

Aparece como muy clara y producto de su imaginación la presencia femenina. Y hasta quizá y arriesgando, hubiera "fabricado" esa imagen para seguir vivo.

No obstante ¿Cuál es la diferencia amiga, entre nuestra cordura y la locura de este tierno hombre?

En su mente ese alguien del portarretrato existe!

En ocasiones así, siempre me viene a la mente Berkeley "En su juventud, Berkeley propuso que no se puede saber si un objeto es, sólo puede saberse un objeto siendo percibido por una mente. Declaró que los seres humanos no pueden conocer los objetos reales o la materia que causa sus percepciones. Por tanto, concluyó que todo lo que puede conocerse de un objeto es su percepción del mismo"

Como verás, podemos llegar lejos a partir de "Un motivo", tan lejos como nos permita nuestra mente!

Gracias queridaza amiga, un placer como siempre compartir con Vos !

Abrazos muchos!

juan pascualero dijo...

Estoy de acuerdo con Susana ¿Quién dijo que nuestra"cordura" es más lúcida que su insanía. Al menos buscaba un motivo en cambio los cuerdos lo tenemos "bien claro"
Muy bueno Sil, motivador y cálido.

juan pascualero dijo...

Por publicar sin revisar me faltaron un par de signos. Los envío ahora para poder dormir tranquilo: ? y ;

Sil.* dijo...

En más de una ocasión me observado la variedad en la que se apoyan los comentarios de uno y otro blog. Como a unos nos toca de una manera y otros de otra forma diferente, supongo que movidos todos por aquellas pequeñas cosas que nos forman como personas y también las que nos deforman.
Este relato no ha sido la excepción a la regla y he podido comprobar, una vez más, que la memoria y el corazón se activan cuando somos capaces de meternos en la piel del personaje.
Es verdad que la velocidad con la que conducimos nuestras vidas hace que pronto todo sea homogéneo y esas cosas minúsculas se pierdan en la inmensidad. Pero como bien dice Ludwig, "afortunadamente existe el amor" y rescata algunas que brillan y nos asombran. Entonces comenzamos a prestarles más atención y si logran atraparnos, las hacemos nuestras y las hacemos flamear a los cuatro vientos. Y como perfectamente describe Mr. Magoo son nuestros salvavidas.
"Siempre hay que buscar motivos" dice Arcángel de manera exquisita y con una simpleza tremenda que se vuelve contagiosa y tampoco se queda atrás Victor al marcar esos momentos delicados y sutiles, así como tampoco STEVE, que me ha regalado de alguna manera este poema de Celaya.
En la vida en general, existen miles y miles de motivos en particular, pero a veces, solo uno, simple, concreto, delicado, tierno y sutil, es el que puede arrastrarnos más allá de nuestra conciencia y muy a su pesar.

A aquellos que me vistaron por primera vez y sin saber bien el camino que han transitado para toparse con esta casa, les doy la bienvenida y a quienes con sus reiteradas presencias hacen de este lugar un sitio magnífico para mi, les doy las gracias y también un poco de mi locura!!

Abrazos y cariños para todos!!
Sil.*

Sil.* dijo...

Su!! Querida AMIGA!! La línea que separa la cordura de la locura es tan delgada...
No hace falta buscar muy atrás en la vida de cada uno de nosotros para encontrar, quizás muy a nuestro pesar, algún acto de locura. Pensarás que la madurez, los años, la experiencia, hace que tengamos más y más conciencia de lo que hacemos, decimos, somos y hasta de los que soñamos. Sin embargo y como vos bien lo sabés, soy tan testaruda que me niego a dejar de caminar por la cornisa que altera mis pulsaciones y me trasporta de alguna manera, a un momento delicioso que saboreo cuando tomo distancia y me veo. Pero claro, a veces no sale tan bien y no lo disfruto tanto, pero...que me quiten lo bailado. Acaso eso no es locura?
Los motivos, aunque pequeños, mueven montañas, aunque estas solo sean producto de nuestra imaginación. Y entonces yo pregunto: ¿Qué somos sin imaginación? ¿Acaso no nos valemos de ella hasta para soportar los malos momentos? La nueva pregunta que surge es: ¿Cuál es la línea que separa la imaginación de la locura y viceversa?

Te dejo un abrazo tremendamente loco e imaginario y lleno de cordura también, para que no se ponga celosa...!!

Besos AMIGA!!
Sil.*

STEVE dijo...

Efectivamente el poema de Celaya es un regalo... para ti.

Ni para ti, ni para mi... el sitio es magnífico POR TI y para todos nosotros.

Si esa locura que dices es la que te hace escribir, espero que no te cures nunca.

Un besote

Sil.* dijo...

Ay Juan, qué tan claro pueden ser los "motivos" de los cuerdos si ni tan siquiera saben que los tienen??
De tanto en tano hace bien un toque sutil de buena locura para darle color a la monótona forma de girar que tiene este mundo.

STEVE: Aunque quiera no podría curarme porque la llevo impreso en el alma!! Gracias otra vez por ese pequeño-gran regalo que me haz dejado. (Entre nos, ya no se encuentran muchos románticos por estos lares. Creo que ya te lo dije en alguna ocasión, verdad?)

Besos!!
Sil

Incognita dijo...

Lo que uno tiene por sí mismo, lo que le acompaña en la soledad sin que nadie se lo pueda dar o quitar, esto es mucho más importante que todo lo que posee o lo que es a los ojos de otros.

No sabes como me relaja leerte Sil, me siento como escuchando a una muy buena amiga.

Me gusto mucho.

Besos.

La Reggis.

aurora dijo...

Este cuento me permitió redondear el concepto de tu estilo: introducir reflexiones en medio del relato y transmitir una atmósfera psicocósmica en la trama.
Me gustó, a pesar del sabor amargo que dejan ciertas "realidades".
Aurora

Sil.* dijo...

Sobre todo, REGGIS, cuando hacemos de esa soledad una musa inspiradora. Me alegra muchísimo que sientas placer al leerme y además, me enorgullece. Quizás, este sea el comienzo de una vieja amistad. Quién te dice?

AURORA: Las realidades siempre dejan un sabor. A veces amargo. A veces dulce. Lo que si es claro es que jamás transitamos por este camino sin dejar una huella que nos involucre luego. Susana, una vez y en otro de mis relatos, se quedó con una frase que se me viene ahora a la memoria: "Jamás quien amó será el mismo". Supongo que el gusto que nos dejan las realidades hace que tampoco seamos los mismos. La habilidad está en poder rescatar aquello que nos hace mejores y por sobre todas las cosas, mantener el alma templada.

Les dejo un beso!!
Sil.*

Pablo Ballesteros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo Ballesteros dijo...

"No puedo transitar por este mundo como un héroe y tampoco puedo dejar que mi vida se escabulla sin saber para qué la tuve."
hacia mucho tiempo que no leia una frase tan llena de vida y futuro
gracias
magnifico

Doncel dijo...

Me gusta mucho tus relatos.
Te deseo una buena semana y un feliz mayo.
Besos, Antonio

Anónimo dijo...

Amiga Querida:
He pasado para saludarte MUY ESPECIALMENTE en el Día del Trabajo!


Mi respeto, admiración y cariño a LA MUJER TRABAJADORA, A LA ESCRITORA, A LA MADRE, LA ESPOSA Y LA HIJA, luchadoras incansables que te habitan... y te definen.

Mi abrazo con todísimo cariño!

Anónimo dijo...

Nena:

Estoy teniendo algunos problemillas tecnicos con mi blog....no me deja publicar nada.

En cuanto quede resuelto , paso de nuevo a avisarte...

Un abrazo Sil*