sábado, 19 de abril de 2008

ATARDECER


A medida que iba cayendo la tarde, las sombras de los álamos se proyectaban oscuras y alargadas sobre el agua clara del arroyo. El otoño los había vestido de amarillos y ocres, pero el atardecer le daba otros tonos que se me antojaban, sutiles. Sobre el agua, los camalotes florecidos, comenzaban a opacarse ante el lento pasar del tiempo y las pequeñas piedras del fondo le ofrecían resistencia al agua limpia que corría con prisa en busca del mar de sus sueños. Suaves ondas se formaban en la superficie cuando las libélulas tercas, regresaban una y otra vez a mojar sus alas para crear luego, un susurro en el silencio del campo. La brisa serena mecía hojas, hierbas, plantas, árboles y descuidada, se mezclaba en las plumas de gorriones y ratoneras que protestaban llenando de trinos vivos la ribera, mientras el sol, pintaba el cielo con sus rayos de colores rojos, naranjos, lilas y las nubes inquietas, jugaban cambiando sus formas y absorbían albor. La luz se hacía más grácil cada vez y las sierras a lo lejos se volvían azuladas y grises, mientras centenares de insectos se empeñaban en continuar una gran tertulia que las ranas rompían con sus lengüetazos pegajosos y las luciérnagas asomaban tímidas en el trigal. Las espigas doradas se movían cálidas cuando la brisa las acariciaba mientras mi columpio no dejaba de hamacarme. No lo movía la brisa. Era mi cuerpo el que se inclinaba para darle impulso y mis piernas se estiraban y flexionaban luego, sin cesar. Adelante, atrás, adelante y atrás. A menudo cerraba mis ojos y sentía la brisa serena en mi cara y mi cabello jugando a enredarse con ella. Oía el ruido del agua corriendo y el quejido de la gruesa rama del pino que me sostenía. Me llenaba de olor a trigal y mis manos pequeñas, tomaban la rugosa cuerda del columpio y la apretaban fuerte, cuando este tomaba velocidad y me impulsaba alto, muy alto y entonces yo sentía como la brisa se transformaba en viento que levantaba mi vestido y el quejido de la rama pronto era una exclamación llena de plegarias. Pero nada me detenía. Adelante, atrás, estiro, flexiono. Mi diminuto cuerpo continuaba oscilando como un péndulo mientras mis ojos continuaban cerrados y mi boca sonriente saboreaba la felicidad. Solo cuando la velocidad formaba un vacío en mi estómago y la fuerza de mi cuerpo decaía, abría los ojos y me quedaba quieta con las piernas entrelazadas, disfrutando del vaivén del columpio que lentamente comenzaba a finalizar. Entonces veía como el arroyo se acercaba y se alejaba, como los trinos callaban tiernamente y las sierras custodiaban el campo. Ya sin fuerzas, la hamaca se iba parando y el pino quejoso parecía agradecérmelo. Era enorme y robusto, lleno de ramas que llegaban al cielo y piñas que lo adornaban. Tenía por piso una alfombra que él mismo había formado con su pinocha para amortiguar mis caídas. Era, sin dudas, un buen compañero de tardes. Aun con mis manos agarrando la cuerda áspera, sentía como el columpio dejaba de mecerse y yo permanecía inmóvil mirando como los álamos tiraban sus sombras sobre el arroyo y el trigal se eclipsaba con el manto oscuro de la noche que comenzaba a caer. Era hora de emprender la vuelta a casa. Atrás quedaría una tarde más en el columpio del viejo pino. Allí, donde hamacaba mis sueños, donde era plenamente feliz, donde el cielo cambiaba de colores para regalarme un elegante atardecer lleno de olores y música. Era un atardecer más, diferente a todos porque sencillamente era mi atardecer.

15 comentarios:

Pablo Ballesteros dijo...

muy lindo sugerente y poetico.
bien bien me ha traido recuerdos de otros tiempo
gracias

Unknown dijo...

Muy buen escrito, Sil.
Me has hecho recordar la infancia.
No sé si te pasa, pero cuando hoy te llega una fragancia, una sensación de aquellas, sientes un deja vu, que te transporta a la infancia.
Por desgracia, son segundos.
Un beso.

Luis

Arcángel Mirón dijo...

Muy tierno, Sil. Me dieron ganas de tumbarme en el pasto y dormitar un rato.

Pablo Javier dijo...

El atardecer.. tantos secretos ocultos en el.. grandes historias nacen ahi..

que Dios te bendiga =)

juan pascualero dijo...

Es curioso, a todos nos ha retrotraído a la infancia o mejor dicho a las sensaciones que los recuerdos producen. en especial, a mí me recuerdan los entrañables:"Dos mozas con sus cántaros se deslizan apenas... huye el vuelo sonámbulo de las horas serenas..." Gracias Sil.-

Incognita dijo...

"Dicen que recordar es volver a vivir, pero si a eso le
sumamos volver a vivir de una forma tan viva, tantos y
tantos recuerdos que tenemos escondidos en un rincón
muy profundo de nuestro ser, la satisfacción es doble.
agradezco mucho que exista una persona como tu, que
nos haga sentir que nuestra infancia, fue la más feliz del
mundo."

Un abrazo Mi Querida SIL*

La Reggis

Zeta dijo...

Excelente, Sil.Qué buen cuento!
Me encantan las imágenes que creás de la nada; es fácil imaginar que son reales.
Ese es el fin.

Susana Peiró dijo...

Hay nostalgia en el aire amiga.

Vengo de practicar verdaderas gambetas evitando el viaje al pasado y llego aquí, a tu cuento, al columpio, al viejo pino,al otoño, a la retrospectiva. "Atardecer" es todo imágenes, movimiento, colores, perspectivas...muy bello ciertamente. Y un pasaje a la infancia en primera clase!

Extrañaba tus trabajos y has regresado (tal como me anticipaste) con muchas energías, que espero, sean contagiosas. Sí esta vez es distinto, no se trata de bichitos!

Fue un atardecer muy tierno, con sabor a deja vu -al decir de Luis- y estoy muy segura que se trata de un fragmento de tu propia infancia!

¿Me permite amiga que le de un abrazote grandotote, a modo de GRACIAS por el cuento?

Besos muchos para Vos!

Sil.* dijo...

Pablo: Que esos recuerdos te llenen de sonrisas!!

LUDWIG: Por desgracia, son segundos. Pero en esos segundos, volvemos a ser quienes fuimos llenandonos de inocencia.

ARCANGEL: Que el humo no te impida tumbarte y dejar que los rayos del sol te den de lleno en la cara, mientras los recuerdos abundan.

GRANDES VIAJEROS: Pablo!! Que bueno que de tanto en tanto, ancle su nave por estos puertos. Mire que se le extrañaba!! Usted debe saber de muchos atardeceres y de todos los secretos que escondemos debajo de sus colores. Vuelva pronto Viajero, lo estaré esperando con muchísimas ganas!!

Besos
Sil.*

Sil.* dijo...

JUAN PASCUALERO: No hay nada que agradecer. En ocasiones es necesario volver a nuestras raíces para re-descubrirnos y volver a sentir aquella simpleza que llevabamos tan a flor de piel y que, a medida que pasa el tiempo, comenzamos a esconder y a veces, a perder.

REGGIS: Querida Reggis!! Es un verdadero placer tenerte de nuevo por estos pagos!! Ojalá todos pudieran sentir que la infancia fue la etapa más feliz del mundo, ojalá!! Supongo que todo aquel que guarda en la memoria algo preciso y hermoso de nuestra niñez, sentirá esa felicidad siempre.
Me quedo con tu frase: "Recordar es volver a vivir". REcordemos pues, todo aquello que nos impulsa a seguir luchando por tener un momento de felicidad.
Te abrazo muy fuerte Reggis!!

ZETA: Me ha dejado sorprendida su comment. Realmente le ha gustado tanto? Mire que conquistar su crítica no es nada fácil...
Le dejo un saludo.

Sil.* dijo...

SUUUUUU!!! Hay nostalgia y pico en el aire (además de humo), pero no solo por casa... A veces los recuerdos generan sensaciones y estados que nos retrotraen a épocas donde sentimos por primera vez una sensación diferente. Es necesario hacerlo. Para encontrarnos una vez más. Para sentirnos vivos. O simplemente para comprobar que el tiempo ha estado caminando siempre y nosotros no nos dimos cuenta hasta que nos hizo click en el calendario y descubrimos, muy a nuestro pesar, que ya no somos niños o adolescente y las arrugas nos pueblan y también las canas. Pero, existe un lugar de nuestra memoria que es el encargado de largar esos recuerdos bonitos en los momentos justos para que volvamos a ser niños otra vez.
El tiempo pasa, Su, para unos y para otros y que en ese pasar, nos encuentre bien paradas, estóicas, con los ojos llenos de vida y el corazón pulsando fuerte.
No me abraces para darme las "GRACIAS", esas, están de más. Solo abrazame para sentir el calor de la amistad una vez más!!

Besos gigantes (y un que te mejores rápido) para Vos!!

Silvia

Pablo Javier dijo...

Me olvide decirte lo mucho que me alegro que hayas visitados las tierras donde naci..

y el ultimo vikingo espera vuestra visita..

Un gran abrazo

ro dijo...

Gracias por tu visita, Sil. Buenas imágenes. Creo que tu columpio todavía se está moviendo, invitándote a subir otra vez. Saludos

Sil.* dijo...

VIAJERO: Corro a tus tierras para visitar al vikingo!! Gracias por el aviso!!

ROSSANA: Yo creo que ese columpio no se detendrá jamás y si, siempre me llama para que regrese. Gracias por hacerte un espacio y volver!!
Un beso

aurora dijo...

¡Cómo llevamos nuestro tiempo y nuestros espacios en el alma!
Eso refleja tu "Atardecer". Tiene mucha relación con los conceptos deKhalil Gibrán que incorporaste en la entrada anterior: "...aquello que canta y medita en vosotros mora aún en los límites de aquel primer momento..." "Del tiempo harías una corriente a cuya orilla os sentarías a mirarla rodar"
Saludos.
Aurora