En los arrabales de mi olvido
guardo tus aromas imborrables
que emergen inconscientes
para recordarme tus besos.
Llenaste mis ojos de estrellas
que brillan en tu cielo
y aun no apagan su luz
aunque tus labios se alejen.
Todavía me queman el alma
y arremolinan este corazón,
cansado de latir sin rumbo,
cansado de llorar.